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si es amor que sea de cine

UN LARGO TIEMPO ESTOS MESES EN QUE SÍ QUE HE VISTO MUCHO CINE

Francisco Garzón Céspedes

 

Desde los seis años de edad veo cine cada semana. El cine es una pasión y un disfrute. Un aprendizaje. Y una constatación. Y tanto que no anoto. Veo más de una película a la semana, unas, otras, de muy diversos géneros y procedencias, de muy diversas características. A lo largo de mi existencia durante muchas semanas he visto seis películas en siete días. Así que desde Diciembre del 2013, en que pude escribir antes de ahora en este blog, he visto una gran cantidad de películas. Cierto, no a todas les presto la misma atención con aquello de que en la actualidad pueden verse en casa y no solo en la programación televisiva o, desde luego, en el cine. En estos meses me ha sido evidente del todo que no puedo escribir en este espacio con la meticulosidad que escribía. Así que tengo que reflexionar que haré a partir de hoy (mucho agradezco las más de 10,000 vistas cuando ni siquiera he podido escribir con constancia por el exceso de trabajo). Por lo pronto recomendar tres grandes películas, aunque alguna o algunas de las tres no tengan tanto como centro el amor de la pareja (por lo de "si es amor que sea de cine). Por cierto, las he visto gracias a la Biblioteca de  mi zona (ah, las bibliotecas, esas maravillas): El castillo de arena (Japón, 1974), Red Road (Reino Unido, 2006), La suerte de Emma (Alemania, 2006), difundidas y premiadas sus datos pueden consultarse en la Red: yo lo que deseo es subrayar a quienes les interesen los sentimientos, sus complejidades y honduras, sus dimensiones inconmensurables, que no hay que perdérselas. En Red Road una Kate Dickie que ojalá haya llegado al cine para quedarse. Y en La suerte de Emma, el regreso de los dos personajes a la casa después de..., la entrada por la puerta de esa mujer y de ese hombre, uno de los momentos más hermosos del amor en el cine. El amor es el temblor que reinaugura la infinitud.

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